Las Ruinas – Scott Smith
No es a lo que yo estoy acostumbrada en lo que al género de terror se refiere, yo suelo tirar más hacia libros de tipo paranormal (fantasmas, demonios...), pero aún así este me ha sorprendido bastante. La aprensión que sentía en ciertos momentos me hacía sentir que estaba mereciendo la pena leerlo.
Como suelo hacer, os presentaré a los personajes y después seguiré con la historia, así que, allá vamos!!
Como suelo hacer, os presentaré a los personajes y después seguiré con la historia, así que, allá vamos!!
Personajes.
Jeff: El líder, aquel que sabe qué se debe hacer y cómo. Ha estado toda su vida preparándose para aquello que le diera emoción a su vida, pero en determinadas situaciones nadie sabe como se va a actuar.
Amy: La novia del líder, de Jeff. Quejica, llorona... es la que siempre encuentra una pega a lo que el resto quieren hacer.
Stacy: La mejor amiga de Amy. Despistada, despreocupada... una persona que vive un poco en su mundo y que no parece ver las consecuencias de muchos de sus actos.
Eric: El novio de Stacy. Un chico un poco obsesivo que siempre se ha dejado llevar por lo que otros decían o mandaban, pero un chico que si algo se le mete en la cabeza, lo cumple.
Mathias: El alemán. Un chico serio, tímido, reservado... Un chico cuyos ojos ven todo pero cuyos labios no dicen palabra. Ver, oír y callar, como se dice en mi casa.
Pablo, Juan y Don Quijote: Los griegos. Tres chicos divertidos, siempre dispuestos a una buena juerga, bebiendo hasta llegar al agotamiento.
Historia
En los primeros días de viaje ya habían conocido a Mathias, un chico alemán que estaba en Cancún de vacaciones con su hermano, aunque su hermano había desaparecido unos días antes persiguiendo a una mujer de la que decía haberse enamorado. También conocieron a los griegos. Los griegos no hablaban inglés y ellos no hablaban griego, pero aún así se las ingeniaban para entenderse con ellos.
Un día Mathias les contó lo que había ocurrido con su hermano. Había conocido a un chica en la playa y había pasado el día con ella, se había enamorado de ella y quería ir a buscarla. La chica se había marchado a unas ruinas de una mina que había en la selva y le dibujo un mapa de como ir, por si quería ir. Ese mismo día, Mathias y su hermano Henrich se habían peleado y Henrich se había marchado dejándole una nota en la que le dibujaba el mapa y le decía que le esperaría allí si quería ir a verle.
Debían volver a Alemania en pocos días y Mathias quería que fueran con él a buscar a su hermano. Y lo hicieron, aunque a Amy no le apetecía, los cuatro, junto a Mathias y Pablo, quien además dejó una nota a Juan y Don Quijote para que se les unieran al volver de pescar. Así tomaron un autobús hasta Cobá, un taxi durante unos 12 km y otros tantos andando, pero se pasaron y llegaron al pueblo maya al que Henrich hacía referencia. Dieron marcha atrás y encontraron el desvío a las ruinas, pero al llegar a las ruinas fueron interceptados.
Un grupo de mayas les pararon, no querían dejarles subir a la colina. En la colina había un par de tiendas de campaña, también se veía un pozo, y sobre todo una enorme enredadera que cubría todo el terreno a excepción de la cima. No querían dejarles subir, pero una vez Amy tocó la enredadera pasaron de no dejarles subir a obligarles a subir. Los seis no entendían nada, y que los mayas no hablaran inglés, ni ellos hablaran maya tampoco ayudaba a que pudieran entenderse. Así, ante las armas de los mayas, no les quedó más remedio que subir.
¿Qué descubrieron al llegar a la colina? Pues que las tiendas estaban desiertas, que no había nadie allí. Mientras subían descubrieron una serie de montículos cubiertos por la enredadera, al principio no les prestaron mucha atención, pero después si que los inspeccionaron. ¿Y qué eran aquellos montículos? Pues las tumbas de entre otros, Henrich. Su cadáver ya se estaba descomponiendo, pero pudieron ver como sobresalían de su pecho unas cuantas flechas de los mayas. Ellos le habían matado, la cuestión era ¿Por qué?
Estaba claro que los mayas no les iban a dejar salir de la colina, no paraban de apuntarles con sus arcos y pistolas nada más se acercaban al límite entre el claro y la colina rodeada por la enredadera. Tendrían que sobrevivir allí hasta que los griegos (Juan y Don Quijote) fueran a buscarles, pero apenas habían llevado comida ni agua. Tenían que planificarlo todo y fue Jeff quien se encargó de ello, pero eso no significaba que las cosas fueran a salir bien, pues ya el primer día sufrieron el primer gran percance.
Del interior del pozo que había en la cima de la colina comenzó a oírse un pitido, varios pitidos, como los que emite un teléfono móvil al recibir una llamada. Había un móvil en el fondo del pozo, podía ser su única salida, tenían que ir a buscarlo y fue Pablo quien se ofreció a bajar. Usaron la cuerda y el cabestrante del pozo para bajarle, pero a mitad de camino la cuerda se rompió y Pablo cayó al vacío. No había muerto, pues no paraba de gritar, pero si que debía estar herido, pues sus alaridos se oían desde lejos.
La cuerda se había roto porque la savia de los zarcillos de la enredadera que habían quitado de la cuerda y el cabestrante era ácida, y había corroído la cuerda, haciendo que se partiera. Una cosa más de la que preocuparse, pues también les había quemado las manos. Fueron Eric y Amy quienes bajaron para ayudar a Pablo, quien al caer se había roto la espalda, quedando en silla de ruedas de por vida, si es que vivía. Quizás ninguno de ellos lo hiciera...
Era ya de noche cuando consiguieron salir todos del pozo, y por supuesto, sin encontrar el dichoso teléfono móvil. Decidieron hacer guardias de dos horas para vigilar a Pablo y el lugar. Jeff y Mathias fueron los primeros mientras el resto dormían, pero el despertar fue algo que los traumatizaría por el resto de sus vidas.
Al despertar, Eric descubrió que la enredadera se le había metido dentro del cuerpo, por una herida que se había hecho en la pierna al caer al pozo. Aunque le sacaron el zarcillo con un cuchillo, Eric tenía la sensación de que la planta seguía dentro de él, aunque todos le dijeran que no era así. Pablo también había sufrido el ataque de la enredadera. Se había enroscado en sus piernas cuando Stacy le tapó en plena noche y se había comido parte de la carne de sus piernas, toda la carne por debajo de las rodillas, quedando sus huesos a simple vista.
Comerse la carne no era lo único que la enredadera podía hacer, descubrieron también que ese pitido que parecía de un móvil, era la propia enredadera la que lo producía. Escuchaba, aprendía y repetía voces y sonidos, buscando hacer que bajaran la guardia y se pelearan entre ellos. Quería matarlos, la enredadera buscaba la forma de matarlos, comiéndoselos después como se había comido a todos aquellos que estaban enterrados en los montículos.
La enredadera era el motivo por el que los mayas les habían obligado a subir a la colina una vez Amy la tocó. La enredadera parecía adherirse a cualquier cosa que la tocara, la ropa, la piel, el pelo... y a su vez iba creciendo y consumiendo todo aquello que pudiera comerse. Si la parte alta de la colina no estaba cubierta por la enredadera era porque los mayas habían sembrado el suelo de sal. No querían que la enredadera saliera de allí, y para evitarlo tenían que evitar que cualquiera que la tocara saliera.
No os voy a contar el final, si viven, si mueren... y como lo hacen, no os voy a decir si los griegos finalmente fueron a rescatarles, si tuvieron que enfrentarse a los mayas o si directamente les mataron, no voy a contaros que hizo la enredadera... solo incitaros, incitaros a que busquéis este libro y compartáis conmigo su final.
Como siempre os digo, espero que os guste y nos vemos en el siguiente post!!