AUTOR: Fernando Trujillo
Como prometí en la anterior entrada, he continuado con la saga de la Biblia de los Caídos, este tomo es más cortito, pero se lee igual de rápido. Un libro tan bueno como el anterior aunque con algo menos de chicha.
Una de las cosas que nada más empezar nos dices es que debemos haber leído el "Tomo 0" (La Biblia de los caídos) para poder entender esta segunda parte, y ahora, tras haberlo terminado, lo entiendo, pues están bastante relacionados.
En este caso no nos es posible descargar gratuitamente este volumen de Play Store o de Play Books, una pena, pero merece la pena comprarlo o descargarlo. ¡En vuestras manos lo dejo!
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Igual que en la entrada anterior voy a presentaros a los personajes de este libro, que a excepción del Padre Jorge, son todos nuevos. No se si daros mi opinión, creo que ha quedado patente al comienzo de la entrada, y por supuesto os contare de una forma más o menos abreviada la historia que nos relata en este libro Fernando Trujillo.
- PERSONAJES
Sombra: El propio nombre del libro ya nos dice que este personaje es el protagonista. Conocido como el asesino, Sombra es un joven vampiro con una reputada fama como asesino a sueldo, él nunca falla y el día que lo haga morirá en el intento. Con lo de joven me refiero a que solo lleva 15 años siendo vampiro, mientras el resto de vampiros son centenarios. Sombra está muy unido a su familia humana, una relación inusual, pues suele romperse a los pocos años de uno convertirse en vampiro.
Esteban: Es el hermano menor de Sombra, aunque en apariencia es casi 15 años mayor que él, los años que Sombra lleva siendo vampiro, pues él no envejece. Esteban es un reputado juez, centrado en el tema del narcotráfico, un juez justo, incorruptible.
Susana: Es la esposa de Esteban, y por tanto la cuñada de Sombra. Ella parece odiarle, no tanto por su naturaleza, sino por su trabajo, no aprueba que se dedique a acabar con la vida de otras personas.
Eva: Es la hija de Esteban y Susana, por tanto, la sobrina de Sombra. Ella adora a su tío, aunque al contrario que sus padres, no conoce la naturaleza de éste. Cuando tenía cinco años Sombra la salvó de caer al vacío desde el balcón de un quinto piso, era de día, con lo que Sombra sufrió graves quemaduras por el sol.
Vela: Es la hermosa vampiresa que convirtió a Sombra. Vela empezó a salir con Esteban, pero al conocer a Sombra, que era más atractivo que su hermano, dejó a Esteban para comenzar una relación con Sombra. Sombra no le tiene mucho cariño que digamos, ella le engañó y le hizo enamorarse de ella cuando ella no sentía nada por él, solo para poder transformarle. Pero aunque no le guste su presencia está ligado a ella, pues se establece una relación de dominio al convertir a alguien que solo puede romper el vampiro creador.
Padre Jorge: El padre Jorge es uno de los pocos santos reales que existen, es decir, que está en contacto directo y real con Dios. Es un hombre mayor muy sabio, siempre entre sus libros, buscando la forma de ayudar al prójimo, en este libro, de ayudar al Gris.
- OPINIÓN
Como ya he dicho antes es un libro que consigue mantenerte pegado a cada una de las páginas, es una serie adictiva, aunque hasta el último instante no consigues saber que es lo que une el primer con el segundo libro, o al menos hasta el último instante no lo confirmas.
Definitivamente me encanta como escribe este hombre, tiene varios libros más además de los de esta saga y quizás no sea mala idea leer alguno más, os pongo su página web, por si queréis echar un vistazo a sus títulos Fernando Trujillo.
Si tuviera que buscarle alguna pega al libro sería el tiempo, realmente es un poco lioso, no sabes bien cuando esta ocurriendo cada versículo, sabes, o crees saber cuando ocurren las acciones, pero no sabes a ciencia cierta en que día o noche te encuentras.
- HISTORIA
Julio y Óscar son dos guardaespaldas de Emilio, un narcotraficante. Eran las tres de la mañana y esperaban a un asesino a sueldo del que se rumoreaba que era un vampiro, Sombra. Óscar había robado un crucifijo de una iglesia, creía que le protegería del vampiro, Julio intentaba arrebatárselo, aunque no lo consiguió.
Aunque con un cierto retraso, Sombra hizo acto de presencia, vestía informal, pero se podía adivinar un cierto tono muscular. Aparentaba unos treinta años, tenia el cabello largo y castaño y era guapo. Emilio le pasó un informe, en el que constaba la información del hombre a quien debía aniquilar, un juez muy testarudo que había encarcelado a varios de los miembros de su organización, quien además no aceptaba sobornos, por elevada que fuera la cantidad.
Sombra se mostraba reticente a aceptar el encargo, lo que hizo que Óscar sacara su arma y le apuntara, además de acusarle de haberse inventado lo de ser vampiro. Óscar quería disparar, estaba asustado y Sombra no hacía más que presionarle para que lo hiciera, enseñarle los colmillos fue suficiente para que Óscar disparara. Sombra esquivó el disparo, pero Julio no tuvo tanta suerte, el disparo le alcanzó en el cuello.
Emilio también sacó su arma, apuntando a Sombra, quien no se lo pensó dos veces, se abalanzó sobre Emilio y le arrancó de un mordisco la mano con la que sujetaba el arma, después clavó sus dientes en su cuello.
Óscar, tirado en el suelo y agonizando por el dolor, preguntó a Sombra por qué hacía aquello. La respuesta era sencilla, no le interesaba el caso, aquel juez era su hermano Esteban y no iba a matarlo, y como él nunca fallaba, se estaba ocupando de aquellos quienes podían poner aquello en entredicho, pues al no aceptar el encargo estaba fallando, acabando finalmente con la vida de Óscar.
Era de noche y estaba lloviendo, a Pablo le habían encargado enterrar una caja de plata en el cementerio. Mientras enterraba la caja alguien habló a sus espaldas, era Sombra. En la caja estaba todo lo necesario, el dinero y el objetivo a quien Sombra debía asesinar. Sombra aceptó, pero quiso saber quien le contrataba, pues Pablo solo era un mandado, pero se quedó con las ganas, Pablo se negó. Otra de las peticiones fue triplicar el pago, Pablo enterraría otras dos cajas con el mismo dinero, o su familia sería quien lo pagaría.
Susana estaba sentada al piano, tocando una melodía de Chopin, cuando acabó oyó unas palmadas a su espalda, era Sombra quien le hablaba. Ella odiaba las observaciones que este le hacía, podía soportarlas de cualquier otra persona, pero él no era una persona. Ella esperaba otra de sus observaciones, pero no fue así, su interpretación había sido perfecta, solo había un problema según Sombra, el piano estaba desafinado.
Susana odiaba a Sombra, no tanto por el hecho de ser un vampiro, sino por su profesión. Permitía el contacto con su familia, se lo debía, pues Sombra había salvado la vida de Eva, la hija de Susana y Esteban, cuando tenía cinco años. Susana había salido al balcón a coger al gato, que estaba escarbando en los tiestos de las macetas, y tenia a la niña cogida en brazos. Un golpe de viento la desestabilizó, ella se quedó apoyada en la barandilla, pero la niña se le escapó de las manos y cayó al vacío. Entonces Sombra apareció y la cogió, estaba boca abajo enganchado por los pies a la baradilla. Cuando puso a salvo a Eva se estrelló contra el suelo y se refugió en una alcantarilla.
Cuando Esteban llegó a casa, fue recibido con un "bienvenido" susurrado muy cerca detrás de él, lo que le hizo maldecir, pero también alegrarse de ver a su hermano. Esteban ofreció una copa a su hermano y se sentaron a hablar, hablaron de trabajo, el de Esteban principalmente. Sombra le pidió que se tomaran unas vacaciones, que desaparecieran durante un tiempo, temía por su vida, pero no le contó nada del encargo y muerte de Emilio. Sombra le ofreció dinero, pero Esteban y Susana se negaron a aceptarlo, más sabiendo de donde procedía. Antes de irse les pidió que colgaran un cuadro, en el había grabada una runa que les mantendría a salvo.
En la noche del día siguiente, el padre Jorge se encontraba en una estancia de la iglesia que pocos conocían, un monje había ido a buscarle mientras el concluía sus estudios. Él y sus hermanos estaban preocupados por la salud de padre Jorge, pues pasaba muchas horas estudiando sus libros, buscando la manera de ayudar al Gris. El monje le habla de otro santo, este vive en París y dice haber notado una presencia extraña en la torre Eiffel, algo nuevo que solo él ha captado por su naturaleza de santo. Ese comentario es de gran importancia para el padre Jorge, pues él ha notado también una presencia extraña pero en Madrid, y necesita saber si es la misma presencia o no.
Cuando llegaban a la planta central de la iglesia un hombre entró corriendo en la iglesia, era Javier Arnao, un empresario a quien el padre Jorge había ayudado mucho a lo largo de los años. Este venía a decirle que se veía obligado a vender el edificio de la calle Serrano a Mario Tancredo (¿os acordáis de él? si no sabéis quien es os aconsejo que leáis la entrada anterior). Este edificio parece tener un especial interés para el padre Jorge quien pide a Javier visitar el edificio una ultima vez antes de que lo venda.
Javier se acababa de retirar cuando varias piedras atravesaron algunas de las cristaleras de la iglesia, el padre Jorge y el monje salieron para ver que ocurría. En la puerta había varios centinelas, además de una escalera que llegaba al tejado donde un hombre se escondía entre las sombra de la noche. Era Sombra, y tenía agarrado a Javier del cuello, quería al padre, era su próximo objetivo, pero el padre no parecía estar dispuesto a salir por la noche así que tuvo que amenazarle. Sombra mataría a sus feligreses de uno en uno hasta que el padre saliera de la iglesia por la noche.
Ahora estamos en una discoteca, allí esta Eva, sus amigas se habían marchado hacía un rato, pero ella había preferido quedarse un rato más, quería ver si el chico que le gustaba iba ese día a la discoteca. Finalmente se marchó sin verle, iba a llegar tarde a casa y sus padres se enfadarían. A la salida del metro tres chicos la abordaron, pretendían robarle el dinero y por qué no, abusar de ella, pero alguien se los quito de encima, era su tío Sombra. Se la llevó de allí, quería que se olvidará de aquello, estaban tomando un chocolate cuando sus padres la llamaron, fue Sombra quien contestó, contándoles una mentira para que Eva no tuviera que aguantar una bronca de sus padres. Antes de llevarla a casa, Sombra le dio un sobre y le dijo que se lo entregara a algún empleado del banco que había cerca de su instituto al día siguiente.
En el cementerio Sombra desenterró de nuevo la caja de Plata, en ella estaba el segundo pago. Se sorprendió cuando alguien le habló a sus espaldas, demasiado cerca para no haber sentido su presencia, era Vela, la vampiresa quien le había convertido. Estuvieron hablando un buen rato, primero sobre el dominio de Vela sobre Sombra, después de la familia de Sombra, incluso de su hermano Esteban. Antes de que Vela se marchara, Sombra le preguntó a qué había venido: ella quería que Sombra terminara cuanto antes lo que estaba haciendo y estuviera preparado para cuando ella lo necesitara, pues los vampiros se habían enterado de la muerte del ángel Samael a manos del Gris y querían saber como lo había conseguido.
A la mañana siguiente Javier Arnao se presentó en el banco, tenía que recibir una entrega muy especial, dos diamantes amarillos. Al llegar el director le entregó un sobre, en el sobre había una fotografía en la que se veía el contenedor donde habían llegado los diamantes abierto y vacío. Ambos corrieron a la cámara de seguridad para comprobar lo que veían en la fotografía, cuando entraron la puerta de la cámara se cerró a sus espaldas. Era Sombra, había ido a cumplir con lo que le había dicho a el padre Jorge, es decir, a matar a Javier. Tras explicarle el porque lo hacía le permitió despedirse de su mujer y finalmente acabó con su vida.
Tras matar a Javier, Sombra fue a una tienda en el rastro del Cascorro, era el lugar donde los brujos hacían sus transacciones comerciales en Madrid. Devolvió el móvil con el que Javier había llamado a su esposa, que tenía cobertura en cualquier momento y lugar. También pidió una runa, tenía una grabada en un cuadro con una duración de una semana, pero quería que durara más. Esa runa no existía y Sombra se enfureció. Entonces reparó en la presencia de dos personas, estaban jugando al ajedrez, eran un niño y un anciano.
Mantuvieron una conversión un poco extraña, Tedd, el anciano, solo hablaba a Todd, y Todd, el niño, solo le hablaba a Tedd, además se dirigían hacia Sombra como "el asesino". Tedd y Todd le ofrecieron su ayuda, concretamente con la runa que había pedido, que si existía, pero no había sido grabada por los brujos. También le ofrecieron un obsequio, un tatuaje, una runa, que protegería a su sobrina. A cambio él les pagaría con un pequeño favor.
Jaime y su compañero debían hacer su última entrega, iban con retraso, pues se habían quedado atrapados en un atasco. Habían conseguido salir del atasco y avanzaban hacia su destino cuando atropellaron a un hombre. Jaime se bajo del camión, quería comprobar que le había pasado al hombre. Cuando llegó al morro de camión el desconocido se levantó y obligó a Jaime a romper las cajas que transportaba. Jaime debía hacer una cosa más, ir a su destino y contar todo lo que había ocurrido, para ello lo iba a dejar vivir.
El padre Jorge y el monje discutían en el interior de la iglesia, el monje no quería que el padre Jorge saliera, pues ya había caído la noche, pero el padre se empeñaba en hacerlo, había descubierto una nueva página de la Biblia de los Caídos y sus hermanos debían saberlo. Tenia que ser esa misma noche, pues al día siguiente oficiaría la misa por el alma de Javier y acompañaría a su familia al cementerio. Mientras discutían un hombre entró en la iglesia, era Jaime, aquello que debía entregar eran las nuevas cristaleras de la iglesia. Jaime contó lo que había ocurrido y además dijo al padre que Sombra le esperaría al día siguiente por la noche fuera de la iglesia. El padre Jorge había decidido ir a su encuentro.
Después de lo ocurrido con Jaime, Sombra fue a casa de su hermano, quería despedirse. Esteban adivinó que temía por su vida, él era el depredador y no iba a fallar, y si lo hacía moriría en el intento. Les entregó un dinero y les pidió que si no lo aceptaban al menos lo guardaran para Eva y se lo dieran cuando lo consideraran correcto, así que Susana lo aceptó. También quería despedirse de Eva, por lo que fue a verla, no sin antes escuchar de los labios de Susana un "no sé a quien persigues, pero mátalo, Sombra. Eres el mejor", era obvio que temía por su vida y no quería que le pasara algo.
Eva estaba dormida, soñaba con la agresión de la que Sombra la había salvado. Cuando despertó se dio cuenta de que alguien la abrazaba, era Sombra. Le explicó que debía adelantar su viaje por un contratiempo y no sabía cuando volvería. Mientras hablaba con él, notó algo molesto en la tripa, era un tatuaje, un tatuaje de despedida. Le dio un beso, la arropó y se marchó.
Ya de día, el padre Jorge preparó la iglesia para alojar a la familia y amigos que querían dar su último adiós a Javier Arnao. El féretro llegó y el padre Jorge comenzó el rezo, entonces la tapa del féretro reventó y una figura rápida y silenciosa salió de él y se colocó detrás del padre Jorge, era Sombra. Éste pidió al santo que dijera a sus feligreses que permanecieran en sus asientos, así no les pasaría nada. Una mujer se levantó y se ofreció para salvar la vida del padre, pero eso a Sombra no le interesaba, aquella mujer parecía enferma, con lo que no era mucha la vida que le quedaba, solo quería irse de este mundo habiendo hecho algo importante.
Al padre Jorge ya no le importaba morir, ya había cumplido con aquello que debía hacer, así Sombra clavó sus colmillos en su cuello, separando su cabeza de su cuerpo. La gente comenzó a gritar y salieron corriendo hacia la puerta, pero no pudieron salir, Sombra ya estaba en la puerta cuando ellos llegaron, nadie saldría de allí hasta que cayera la noche.
Al acabar su trabajo, Sombra se dirigió hacia el cementerio para recibir su último pago, pero no había signos de que la tierra hubiera sido removida, no encontró caja alguna. Vela estaba a su lado, según ella "se ponía muy mono cuando se enfadaba", le lanzó la caja con el último pago. Esto sorprendió a Sombra, no esperaba que hubiera sido ella quien le hubiera contratado. Vela había adivinado todo sobre su plan, y para evitar la presencia de centinelas en la iglesia había asesinado a Santana, un famoso pintor y centinela también, para que así estos se mantuvieran ocupados con su asesinato.
Finalmente Vela le explicó el por qué del asesinato. Vela sabía que era el padre Jorge quien confesaba al Gris cuando tomaba el alma de algún humano para evitar morir, al ser un santo entendería que podrían acabar con todos ellos, y al ser el padre Jorge sabría que el mensaje iba dirigido a él. Así se decidiría a hablar con ellos y contarles como había acabado con la vida del ángel, pues ellos no creían que no hubiera sido él quien había matado a Samael. Así, el Gris iría a por aquel que había acabado con la vida del padre Jorge, iría a por Sombra.
El epílogo es como un capítulo a parte con algo que nos hemos dejado a medias en la historia, esto es lo que ocurre en el epílogo: En una nave industrial abandonada estaban Jesús y dos de sus hombres a un lado de una mesa, al otro lado de la mesa, Raul y otros dos de sus hombre. Estaban allí para realizar un intercambio de heroína, Jesús era el cliente, Raul el proveedor. Jesús quiso comprobar la mercancía, era mucho el dinero que tendría que pagar por dicha heroína. Uno de sus matones le dio el visto bueno, pero alguien a sus espaldas dijo que no lo era, era Sombra.
Los cuatro matones le encañonaron y le preguntaron su nombre, qué hacía allí... Raul estaba muy nervioso y cabreado por la acusación de Sombra, y ofreció de nuevo la heroína al matón de Jesús para que volviera a probarla, pero este se negó. Fue Sombra quien se ofreció a probarla, así cogió algo de droga y se la inyectó. La dosis que se había inyectado era mortal, pero él ni se inmuto. Así, Jesús, creyendo que Raul le había engañado le disparó en el pecho, sus matones cayeron al suelo poco después de él, alcanzados por balas disparadas por los matones de Jesús. Antes de irse, Sombra se agachó junto a Raul y le dio recuerdos de Tedd y Todd.
Bueno, pues aquí concluye este post, en el siguiente os traeré el siguiente título de la saga, que por cierto ya he empezado a leer. Nos vemos pronto!!!
En la noche del día siguiente, el padre Jorge se encontraba en una estancia de la iglesia que pocos conocían, un monje había ido a buscarle mientras el concluía sus estudios. Él y sus hermanos estaban preocupados por la salud de padre Jorge, pues pasaba muchas horas estudiando sus libros, buscando la manera de ayudar al Gris. El monje le habla de otro santo, este vive en París y dice haber notado una presencia extraña en la torre Eiffel, algo nuevo que solo él ha captado por su naturaleza de santo. Ese comentario es de gran importancia para el padre Jorge, pues él ha notado también una presencia extraña pero en Madrid, y necesita saber si es la misma presencia o no.
Cuando llegaban a la planta central de la iglesia un hombre entró corriendo en la iglesia, era Javier Arnao, un empresario a quien el padre Jorge había ayudado mucho a lo largo de los años. Este venía a decirle que se veía obligado a vender el edificio de la calle Serrano a Mario Tancredo (¿os acordáis de él? si no sabéis quien es os aconsejo que leáis la entrada anterior). Este edificio parece tener un especial interés para el padre Jorge quien pide a Javier visitar el edificio una ultima vez antes de que lo venda.
Javier se acababa de retirar cuando varias piedras atravesaron algunas de las cristaleras de la iglesia, el padre Jorge y el monje salieron para ver que ocurría. En la puerta había varios centinelas, además de una escalera que llegaba al tejado donde un hombre se escondía entre las sombra de la noche. Era Sombra, y tenía agarrado a Javier del cuello, quería al padre, era su próximo objetivo, pero el padre no parecía estar dispuesto a salir por la noche así que tuvo que amenazarle. Sombra mataría a sus feligreses de uno en uno hasta que el padre saliera de la iglesia por la noche.
Ahora estamos en una discoteca, allí esta Eva, sus amigas se habían marchado hacía un rato, pero ella había preferido quedarse un rato más, quería ver si el chico que le gustaba iba ese día a la discoteca. Finalmente se marchó sin verle, iba a llegar tarde a casa y sus padres se enfadarían. A la salida del metro tres chicos la abordaron, pretendían robarle el dinero y por qué no, abusar de ella, pero alguien se los quito de encima, era su tío Sombra. Se la llevó de allí, quería que se olvidará de aquello, estaban tomando un chocolate cuando sus padres la llamaron, fue Sombra quien contestó, contándoles una mentira para que Eva no tuviera que aguantar una bronca de sus padres. Antes de llevarla a casa, Sombra le dio un sobre y le dijo que se lo entregara a algún empleado del banco que había cerca de su instituto al día siguiente.
En el cementerio Sombra desenterró de nuevo la caja de Plata, en ella estaba el segundo pago. Se sorprendió cuando alguien le habló a sus espaldas, demasiado cerca para no haber sentido su presencia, era Vela, la vampiresa quien le había convertido. Estuvieron hablando un buen rato, primero sobre el dominio de Vela sobre Sombra, después de la familia de Sombra, incluso de su hermano Esteban. Antes de que Vela se marchara, Sombra le preguntó a qué había venido: ella quería que Sombra terminara cuanto antes lo que estaba haciendo y estuviera preparado para cuando ella lo necesitara, pues los vampiros se habían enterado de la muerte del ángel Samael a manos del Gris y querían saber como lo había conseguido.
A la mañana siguiente Javier Arnao se presentó en el banco, tenía que recibir una entrega muy especial, dos diamantes amarillos. Al llegar el director le entregó un sobre, en el sobre había una fotografía en la que se veía el contenedor donde habían llegado los diamantes abierto y vacío. Ambos corrieron a la cámara de seguridad para comprobar lo que veían en la fotografía, cuando entraron la puerta de la cámara se cerró a sus espaldas. Era Sombra, había ido a cumplir con lo que le había dicho a el padre Jorge, es decir, a matar a Javier. Tras explicarle el porque lo hacía le permitió despedirse de su mujer y finalmente acabó con su vida.
Tras matar a Javier, Sombra fue a una tienda en el rastro del Cascorro, era el lugar donde los brujos hacían sus transacciones comerciales en Madrid. Devolvió el móvil con el que Javier había llamado a su esposa, que tenía cobertura en cualquier momento y lugar. También pidió una runa, tenía una grabada en un cuadro con una duración de una semana, pero quería que durara más. Esa runa no existía y Sombra se enfureció. Entonces reparó en la presencia de dos personas, estaban jugando al ajedrez, eran un niño y un anciano.
Mantuvieron una conversión un poco extraña, Tedd, el anciano, solo hablaba a Todd, y Todd, el niño, solo le hablaba a Tedd, además se dirigían hacia Sombra como "el asesino". Tedd y Todd le ofrecieron su ayuda, concretamente con la runa que había pedido, que si existía, pero no había sido grabada por los brujos. También le ofrecieron un obsequio, un tatuaje, una runa, que protegería a su sobrina. A cambio él les pagaría con un pequeño favor.
Jaime y su compañero debían hacer su última entrega, iban con retraso, pues se habían quedado atrapados en un atasco. Habían conseguido salir del atasco y avanzaban hacia su destino cuando atropellaron a un hombre. Jaime se bajo del camión, quería comprobar que le había pasado al hombre. Cuando llegó al morro de camión el desconocido se levantó y obligó a Jaime a romper las cajas que transportaba. Jaime debía hacer una cosa más, ir a su destino y contar todo lo que había ocurrido, para ello lo iba a dejar vivir.
El padre Jorge y el monje discutían en el interior de la iglesia, el monje no quería que el padre Jorge saliera, pues ya había caído la noche, pero el padre se empeñaba en hacerlo, había descubierto una nueva página de la Biblia de los Caídos y sus hermanos debían saberlo. Tenia que ser esa misma noche, pues al día siguiente oficiaría la misa por el alma de Javier y acompañaría a su familia al cementerio. Mientras discutían un hombre entró en la iglesia, era Jaime, aquello que debía entregar eran las nuevas cristaleras de la iglesia. Jaime contó lo que había ocurrido y además dijo al padre que Sombra le esperaría al día siguiente por la noche fuera de la iglesia. El padre Jorge había decidido ir a su encuentro.
Después de lo ocurrido con Jaime, Sombra fue a casa de su hermano, quería despedirse. Esteban adivinó que temía por su vida, él era el depredador y no iba a fallar, y si lo hacía moriría en el intento. Les entregó un dinero y les pidió que si no lo aceptaban al menos lo guardaran para Eva y se lo dieran cuando lo consideraran correcto, así que Susana lo aceptó. También quería despedirse de Eva, por lo que fue a verla, no sin antes escuchar de los labios de Susana un "no sé a quien persigues, pero mátalo, Sombra. Eres el mejor", era obvio que temía por su vida y no quería que le pasara algo.
Eva estaba dormida, soñaba con la agresión de la que Sombra la había salvado. Cuando despertó se dio cuenta de que alguien la abrazaba, era Sombra. Le explicó que debía adelantar su viaje por un contratiempo y no sabía cuando volvería. Mientras hablaba con él, notó algo molesto en la tripa, era un tatuaje, un tatuaje de despedida. Le dio un beso, la arropó y se marchó.
Ya de día, el padre Jorge preparó la iglesia para alojar a la familia y amigos que querían dar su último adiós a Javier Arnao. El féretro llegó y el padre Jorge comenzó el rezo, entonces la tapa del féretro reventó y una figura rápida y silenciosa salió de él y se colocó detrás del padre Jorge, era Sombra. Éste pidió al santo que dijera a sus feligreses que permanecieran en sus asientos, así no les pasaría nada. Una mujer se levantó y se ofreció para salvar la vida del padre, pero eso a Sombra no le interesaba, aquella mujer parecía enferma, con lo que no era mucha la vida que le quedaba, solo quería irse de este mundo habiendo hecho algo importante.
Al padre Jorge ya no le importaba morir, ya había cumplido con aquello que debía hacer, así Sombra clavó sus colmillos en su cuello, separando su cabeza de su cuerpo. La gente comenzó a gritar y salieron corriendo hacia la puerta, pero no pudieron salir, Sombra ya estaba en la puerta cuando ellos llegaron, nadie saldría de allí hasta que cayera la noche.
Al acabar su trabajo, Sombra se dirigió hacia el cementerio para recibir su último pago, pero no había signos de que la tierra hubiera sido removida, no encontró caja alguna. Vela estaba a su lado, según ella "se ponía muy mono cuando se enfadaba", le lanzó la caja con el último pago. Esto sorprendió a Sombra, no esperaba que hubiera sido ella quien le hubiera contratado. Vela había adivinado todo sobre su plan, y para evitar la presencia de centinelas en la iglesia había asesinado a Santana, un famoso pintor y centinela también, para que así estos se mantuvieran ocupados con su asesinato.
Finalmente Vela le explicó el por qué del asesinato. Vela sabía que era el padre Jorge quien confesaba al Gris cuando tomaba el alma de algún humano para evitar morir, al ser un santo entendería que podrían acabar con todos ellos, y al ser el padre Jorge sabría que el mensaje iba dirigido a él. Así se decidiría a hablar con ellos y contarles como había acabado con la vida del ángel, pues ellos no creían que no hubiera sido él quien había matado a Samael. Así, el Gris iría a por aquel que había acabado con la vida del padre Jorge, iría a por Sombra.
El epílogo es como un capítulo a parte con algo que nos hemos dejado a medias en la historia, esto es lo que ocurre en el epílogo: En una nave industrial abandonada estaban Jesús y dos de sus hombres a un lado de una mesa, al otro lado de la mesa, Raul y otros dos de sus hombre. Estaban allí para realizar un intercambio de heroína, Jesús era el cliente, Raul el proveedor. Jesús quiso comprobar la mercancía, era mucho el dinero que tendría que pagar por dicha heroína. Uno de sus matones le dio el visto bueno, pero alguien a sus espaldas dijo que no lo era, era Sombra.
Los cuatro matones le encañonaron y le preguntaron su nombre, qué hacía allí... Raul estaba muy nervioso y cabreado por la acusación de Sombra, y ofreció de nuevo la heroína al matón de Jesús para que volviera a probarla, pero este se negó. Fue Sombra quien se ofreció a probarla, así cogió algo de droga y se la inyectó. La dosis que se había inyectado era mortal, pero él ni se inmuto. Así, Jesús, creyendo que Raul le había engañado le disparó en el pecho, sus matones cayeron al suelo poco después de él, alcanzados por balas disparadas por los matones de Jesús. Antes de irse, Sombra se agachó junto a Raul y le dio recuerdos de Tedd y Todd.
Bueno, pues aquí concluye este post, en el siguiente os traeré el siguiente título de la saga, que por cierto ya he empezado a leer. Nos vemos pronto!!!
Sacara mas libros?
ResponderEliminarPues sinceramente espero que si Joan, porque aún queda mucha historia que contar... Solo espero que al final acabemos enterándonos de lo que pase, porque a día de hoy es un poco caos...
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