AUTOR: Fernando Trujillo.
Hoy, en mi primera entrada, esta que me sirve como punto de inicio en este blog, os traigo uno de los últimos libros que he podido leer y que me ha dejado gratamente sorprendida.
La Biblia de los Caídos, de Fernando Trujillo, es el primero de los, al menos, seis libros publicados bajo esta saga, la cual aún no se si tiene o no fin, pero prometo descubrirlo y dejar constancia de ello en este blog.
Esta saga sigue una estructura digamos rara... empieza con el "Tomo 0", este es la Biblia de los Caídos. Tras este encontramos el "Tomo 1" ó Tomo 1 del Testamento de Sombra, "Tomo 2" ó Tomo 1 del Testamento del Gris, "Tomo 3" ó Tomo 1 del Testamento de Mad y "Tomo 4" ó Tomo 2 del Testamento del Gris.
Como he dicho antes, son seis libros y yo solo he mencionado el nombre de cinco, esto es porque encontramos un sexto libro, Tomo 1 del Testamento de Jon. Este libro es un "Apéndice" que podemos leer cuando queramos siempre y cuando hayamos leído los dos primeros tomos, pues son necesarios para entenderlo bien.
¿Os doy una buena noticia? No es necesario que os gastéis dinero si queréis leer este primer libro, pues podéis encontrarlo en Play Store o en Google Play La Biblia de los Caidos, y descargarlo en versión digital. Así podréis descargarlo en cualquier dispositivo compatible con Android (móviles o tablets) e incluso en el ordenador.
Bueno, ya dejo de enrollarme con la presentación y empiezo con el libro. Mi propósito es hablaros un poco del libro, hablaros de los personajes, contaros mi punto de vista del libro...
- OPINIÓN.
Debo decir que este es uno de los libros que más rápido me he leído, unos 10 días, y no precisamente porque me haya sobrado el tiempo. Esto solo dice una cosa, ¡el libro me atrapó por completo! Desde las primeras páginas no quería soltar el libro, solo quería seguir leyendo, aunque no siempre fuera posible. No ha habido un solo capítulo, mejor dicho, versículo, que no me haya gustado.
El libro nos habla de ángeles, demonios, vampiros, magos, brujos, hombres sin alma... personajes que a mí al menos me encantan. A fin de cuentas nos relata la historia del Gris, más conocido como "el hombre sin alma".
- PERSONAJES.
Sara: Al inicio de la historia la conocemos en una feria, es una adivinadora, de estas que leen las manos. Más concrétamente es una rastreadora. Ella tiene unos valores que la hacen actuar por aquello que considera que esta bien, lo cual la mete en algún lío que otro.
Diego: "el niño", es un chico de 14 años que acompaña al Gris. Diego fue maldecido por lo ángeles, por lo cual los odia. Su maldición tiene 2 partes, la primera hace que sufra dolorosas descargas si miente, con lo que no se controla a la hora de hablar, diciendo todo lo que se le pasa por la cabeza. La segunda es que puede curar a la gente, pero esto tiene la consecuencia de sufrir por sus heridas y envejecer más rápido que el resto. Claro que mientras más cure, antes se librará del infierno, lugar al que irá cuando muera gracias a la maldición.
Alex: Es el guaperas de grupo, un chico callado, serio, que parece no tener función alguna dentro del grupo. Alex tiene un poder, igual que Diego, él puede teletransportarse. Y también un motivo para acompañar al Gris, pero tendréis que seguir leyendo para saberlo.
Miriam: Es una de las centinelas del ángel Mikael, su favorita. Ella siempre cumple con el código y con lo que Mikael le manda hacer. Ella siente una cierta atracción por el Gris, en parte motivada porque sus almas no pueden unirse, ya que el no tiene.
Plata: Este es el personaje más raro de todos los que aparecen en el libro. No es una persona, realmente no se conoce su naturaleza, solo que no tiene cuerpo y salta de unos cuerpos a otros, pero no se sabe ni cuando realizará el salto, ni como elige el cuerpo que ocupara, ni que ocurre con las almas de las personas cuyo cuerpo invade en el caso de que mueran mientras él está en su cuerpo. Plata está obsesionado con los dragones y siempre parece saber más cosas que la mayoría, aunque no se sabe como.
Mario Tancredo: Es un reputado empresario madrileño. Él solo se interesa por su trabajo, no tiene tiempo para nada más, ni siquiera para su hija Silvia. Mario disfruta destrozando a sus oponentes empresariales, sean quienes sean estos.
Elena: Es la esposa de Mario, una mujer joven de gran belleza acostumbrada a conseguir todo aquello que quiere, sea cual sea la forma.
Silvia: Es la hija de Mario Tancredo, y aquella por quien es contratado el Gris.
Padre Jorge: Aunque su aparición en el libro es mínima, es un personaje de gran importancia para el Gris. Es un Santo, es decir, tiene contacto directo con los ángeles. El padre Jorge se esfuerza por encontrar una cura para el Gris, buscando la forma de devolverle su alma, pero aún sin resultados.
- HISTORIA.
El libro comienza presentándonos a Mario Tancredo, éste se encuentra inmerso en una reunión de negocios cuando recibe una llamada telefónica de su abogado, quien le comenta que sus cuatro perros guardianes se han escapado y que han llamado a la policía. Mario deja plantado a aquel con quien estaba almorzando y sale corriendo para su casa.
Cuando llega a casa la policía ha conseguido reunir a tres de los cuatro perros, pero estos están muertos de miedo, cosa que su entrenador no logra entender pues son perros guardianes. Desde el interior de la casa se oye un grito seguido de un estruendo, así que Mario entra corriendo en casa para ver que ha ocurrido. Al entrar en la cocina encuentra a la niñera tirada en el suelo, se asusta pues su hija estaba con ella y la llama. Desde la sala de lectura le llega una voz, que no es la de su hija, que le contesta como si fuera ella.
Entra en la sala de lectura esperando encontrarse a un ladrón pero solo encuentra al cuarto perro, tumbado en el suelo. Un ruido por encima de él le hace girarse y mirar al techo, allí encuentra a Silvia, sonriente, colgada cabeza abajo de la lámpara del techo. Ella se descuelga de la lampara y hace algo que aun horroriza más a su padre. Agarra la cabeza del perro y con un solo movimiento se la arranca, la coloca sobre su cabeza y bebe su sangre.
El abogado de Mario va a la iglesia de San Nicolás, donde por orden de su jefe reza una plegaria y da un generoso donativo. Esta plegaria va dirigida a aquel que no tiene alma, éste, en caso de que el caso le interese, escuchará la plegaria y acudirá a prestar su ayuda.
Cuando llega a casa la policía ha conseguido reunir a tres de los cuatro perros, pero estos están muertos de miedo, cosa que su entrenador no logra entender pues son perros guardianes. Desde el interior de la casa se oye un grito seguido de un estruendo, así que Mario entra corriendo en casa para ver que ha ocurrido. Al entrar en la cocina encuentra a la niñera tirada en el suelo, se asusta pues su hija estaba con ella y la llama. Desde la sala de lectura le llega una voz, que no es la de su hija, que le contesta como si fuera ella.
Entra en la sala de lectura esperando encontrarse a un ladrón pero solo encuentra al cuarto perro, tumbado en el suelo. Un ruido por encima de él le hace girarse y mirar al techo, allí encuentra a Silvia, sonriente, colgada cabeza abajo de la lámpara del techo. Ella se descuelga de la lampara y hace algo que aun horroriza más a su padre. Agarra la cabeza del perro y con un solo movimiento se la arranca, la coloca sobre su cabeza y bebe su sangre.
El abogado de Mario va a la iglesia de San Nicolás, donde por orden de su jefe reza una plegaria y da un generoso donativo. Esta plegaria va dirigida a aquel que no tiene alma, éste, en caso de que el caso le interese, escuchará la plegaria y acudirá a prestar su ayuda.
Sara se encuentra en la feria, esta leyendo la mano de una adolescente cuando es interrumpida por un hombre al que nadie había visto entrar. Él echa a las chicas de la tienda y pide a Sara que lea su mano, solo quiere saber una cosa, su nombre, pues dice tener amnesia. Sara no puede ver nada, ni su nombre, ni su pasado, pero no le miente, le dice la verdad. El hombre agradece su sinceridad y finalmente se presenta como el Gris y hace una última petición a Sara, quiere que se una a su equipo y tiene 24 horas para pensárselo. Ella había oído muchas historias sobre el y quería conocer la verdad, esto le hace aceptar su oferta.
El equipo (Gris, Sara, Alex y Diego) ya reunido acude a casa de Mario Tancredo, donde el Gris, en especial, no es bien recibido. La esposa de Mario no deja de llamarle monstruo, pero a él parecen no importarle sus insultos. Mario pide que una centinela este presente cuando sellen el trato y permite al Gris ir a ver a su hija. Mientras tanto Miriam y Plata aparecen en la puerta del chalet de Mario para unirse al grupo.
Miriam tiene la misión de entregar al Gris ante el cónclave, ya sea vivo o muerto en caso de que se resista. El Gris debe estar ante el cónclave para ser juzgado por la muerte de Samael, uno de los ángeles, pues se le acusa de ser su asesino.
Elena acompaña al Gris a ver a Silvia. Él quería hablar con ella, saber si lo conocía, pero el demonio no se había medido antes con él. En el suelo había grabadas unas runas que retenían al demonio, eran débiles con lo que decidió cambiarlas por otras más poderosas, para ello saca de su gabardina entre otras cosas un puñal. Elena teme por su hija y se lanza contra el Gris, a su vez Silvia arremete contra la contención mágica, la rompe y se lanza a por el Gris, desarmándole e hiriéndole gravemente.
El puñal atraviesa la pared de la sala donde el resto se encontraban y se sienten varios golpes sobre la pared, lo que hace que todos los presentes salgan corriendo hacia la sala contigua. Cuando entraron el Gris estaba tirado en el suelo, herido. Alex fue el primero en llegar para ayudarle, esto extraña a Miriam, pues se encontraba detrás de él.
Mientras el Gris se recuperaba, el resto vigilan a Silvia, que ha sido encerrada con otra contención mágica y además esta atada a la pared mediante cadenas y una especie de esposas de plata. Cuando Silvia despierta, pues se había quedado dormida, comienza a preguntar a su padre por qué está encadenada y quién es toda esa gente. Esta vez habla con su voz, una voz de niña de 8 años, no de demonio. Esto hace que consideren la opción de que el demonio haya salido del cuerpo de Silvia.
Miriam sigue empeñada en entregar al Gris, ni Alex ni Mario han conseguido convencerla, pero el Gris si. El Gris le pide tiempo para librar a Silvia del demonio, los cuatro días que restan para el cónclave, llegado el día del cónclave él se presentará ante los ángeles sin oposición alguna. Ante este ofrecimiento ella acepta, pero le tendrá muy vigilado.
Está amaneciendo, con lo que el Gris debe marcharse y Miriam le acompaña. Primero reclama el alma de un hombre, un artificiero al que libró de una licantropía dos años atrás, después se encaminaron a la iglesia de San Nicolás. Ante el Padre Jorge, uno de los pocos santos reales, el Gris se confiesa. Esta es una de las formas que tiene el Gris de recuperarse cuando está herido, pero necesita obligatoriamente un alma, de ahí la esencia de sus tratos. En el chalet el resto se turnan para vigilar a la niña, Diego trata de interrogar a Mario y Elena, y Sara debe rastrear la casa buscando el por qué de la posesión de Silvia.
Mientras el Gris y Miriam esperan a que se ponga el sol, ella se le insinúa. Siente por el Gris una atracción que nunca había sentido antes, pues desde que fue violada con 12 años solo siente asco por los hombres. Los centinelas están obligados a ser vírgenes, pues el que su alma sea pura impide a los demonios entrar en sus cuerpos. El Gris no supone un impedimento ante esto, pues sus almas no se unirán ya que él no tiene. El Gris rechaza la oferta de Miriam.
Al volver al chalet, Mario y el Gris sellan el trato. El Gris salvará a Silvia y a cambio Mario prestará su alma al Gris cuando este la requiera durante un corto tiempo. Hecho esto, se disponen a realizar el exorcismo. Este consiste en introducir al demonio en una bañera con agua, el agua se congelará y al sentirse incomodo saldrá del cuerpo de Silvia. Al congelarse el agua el demonio no sale del cuerpo de Silvia y ella se congela e incluso parece estar muerta, el Gris la saca del hielo y le clava un puñal en el corazón. Silvia despierta y comienza a gritar y a arremeter contra la protección mágica, su voz ya no es la de una niña, es peor que la de la primera vez.
El exorcismo ha salido mal, pero nadie sabe decir por qué y la idea de dejar el trabajo a medias no es aceptable, pues existe un segundo motivo detrás del exorcismo, y es encontrar una página de la Biblia de los Caídos que hay escondida en la casa. Gracias a Sara descubren que Mario hizo un pacto con un demonio para conseguir su imperio empresarial. El trato normal para esto es vender tu alma, pero el alma de Mario sigue intacta, con lo que ese no fue el pacto.
Gris pide a Sara que acompañe a Plata a ver al demonio, quiere saber cual es su reacción, pues su reacción puede decirles mucho sobre la naturaleza del demonio que ha poseído a Silvia. Plata se asombró cuando la niña supo quién era él, por lo visto había oído hablar de él y por su gusto por los dragones. Sara le comenta que el demonio quiere que abandone su cuerpo y entre en el que él ocupa, el responde que ese cuerpo es muy pequeño y que estaría muy apretado y de repente se le pone mala cara y se marea.
Siguen sin saber como expulsar al demonio del cuerpo de Silvia, con lo que el Gris plantea un nuevo plan de ataque, un plan que muy probablemente acabe con la muerte de Silvia. Sara no puede aceptar que la niña muera y se ofrece como cebo, el demonio no puede poseer el alma del Gris, pues no tiene, pero si que podría poseer el alma de Sara, así cuando torturaran a la niña el demonio saldría de su cuerpo y poseería el de Sara.
Sara es simplemente un cebo, Gris nunca dejaría que el demonio poseyera su cuerpo, en el caso de que algo saliera mal él sacrificaría a la niña. Miriam se opone firmemente a que Sara haga de cebo, así que aprovechando una torpeza de Plata, Gris la encierra en el sótano para que no impida el exorcismo.
Comienzan el exorcismo, la niña en la bañera, como la vez anterior, y Sara siempre detrás del Gris. El agua comienza a congelarse y Silvia no para de intentar liberarse, cuando el agua se congela por completo Silvia se queda quieta, con los brazos por fuera de la bañera. Tras unos instantes Gris se acerca a ella, entonces Silvia se enderezó y empezó a reirse, el nuevo plan del Gris tampoco había funcionado.
Como distracción Silvia dice al Gris que tenía un hermanito, esto es muy importante, pues los demonios si se sienten a gusto en un cuerpo saltan al de sus hermanos cuando el primero muere, fortaleciéndose mucho. Entonces Silvia consigue romper el hielo y lanzarse hacia el Gris en un nuevo ataque, consigue asestarle varios zarpazos, hiriéndolo, pero él consigue salvar a Sara y escapar de Silvia pasando las runas de contención.
Al salir de allí, Diego cura al Gris. Tras terminar se siente temeroso de haber envejecido, pero sigue igual que antes, no hay cambio alguno en él. Algunos quieren salir de allí, pero el Gris insiste en que la página está en la casa, y debe encontrarla. Diego le dice que el vampiro que le dio el soplo debió mentirle pues él ha recorrido toda la casa y no ha encontrado nada. Entonces Sara recuerda que Plata le había comentado algo sobre vampiros y también le había hablado de un cuadro de Rembrandt, Plata le había contado que este pintor había aprendido pintando a vampiros. Que Plata se fijara en ese cuadro hace pensar al Gris que la página de la Biblia de los Caídos está él.
Salieron de la sala de juegos en la que se encontraban, Diego y Sara para buscar a Mario y preguntarle por su otro hijo y Miriam y Gris para buscar el cuadro. Silvia había escapado de la contención mágica, pero no sabían en que parte de la casa podría estar y si corrían peligro de encontrarse con ella. En una de las habitaciones en las que Diego y Sara entraron encontraron a Plata, estaba dormido plácidamente, sin haberse dado cuenta de nada, él salió hacia la cocina, tenía hambre y entonces algo entró rodando por la puerta, era la cabeza del abogado de Mario.
Silvia había entrado en la habitación sin que la vieran, cuando se percataron echaron a correr, consiguieron escapar y se escondieron en otra habitación, en ella estaba escondido Mario. Mario admitió haber tenido otro hijo, pero este murió con 6 meses, por lo que la opción de que hubiera sido poseído por el demonio ya no servía, no habría alcanzado tal nivel de fuerza en tan poco tiempo.
Gris encontró el cuadro en un pasillo y lo guardó en el interior de su gabardina, igual que ocurre con el resto de objetos que guarda en ella, este tampoco dejó marca alguna en la gabardina a pesar de su tamaño. En un baño encontraron un cuerpo, sin cabeza, totalmente destrozado, era el del abogado. De repente oyeron una voz, igual a la del Gris, diciendo haber matado al demonio...
La voz se oyó tras la puerta de la habitación donde Diego, Sara y Mario se encontraban, esta voz hizo que Diego abriera la puerta, pero no eran el Gris y Miriam quienes estaban al otro lado de la puerta, sino Silvia. Ella hirió a Diego en la pierna, pero fue golpeada por el Gris cuando trataba de arrastrar a Diego hacia fuera. Mientras Gris luchaba contra Silvia, el resto escaparon hacia otra habitación.
Durante la lucha, Silvia confirma al Gris que también busca la página de la Biblia de los Caídos. Mientras hablan Gris consigue colocar a Silvia frente a un espejo, descubriendo su verdadera naturaleza y consiguiendo entender porque el exorcismo ha fracasado, pero Silvia también ha conseguido colocar al Gris donde quería, justo en mitad de una runa que hace que el suelo se abra y el Gris se precipite al piso de abajo.
Sara trataba de ayudar a Diego, haciéndole un buen vendaje, aunque a éste le costaba dejarse. Desde el exterior de la habitación oyeron una voz pidiendo ayuda, era Elena, andaba con dificultad, arrastrando la pierna derecha y estaba manchada de sangre. Sara se compadeció de ella y decidió ayudarla aunque Diego se oponía, pero Elena no era la que estaba en peligro, sino ella. Elena la retuvo poniéndole un cuchillo en el cuello. A la vez, Silvia cayó al suelo justo delante de la puerta y cogió a Sara, ahora el Gris si que tendría que entregarle la página.
Silvia obligó al Gris a contarle la verdad a Mario: Silvia no era su hija, era un híbrido, mitad humana, mitad demonio. Mario había vendido el alma de su hijo recién nacido a los demonios para obtener su imperio empresarial, y Elena al saberlo había mantenido relaciones con un demonio para poder vengarse de su marido por la pérdida de su hijo, para que el supiera que significaba perder a un hijo.
Silvia comenzó a torturar a Sara, intentando de esta manera motivar al Gris para que le entregara la página. Le fracturó el brazo a la altura del codo, lo que hizo que el Gris sucumbiera y le entregara el cuadro. Silvia dejo escapar a Sara, que huyó con Diego, quien posteriormente la curó. Su motivación, iban a morir, por qué no. Pero el Gris no era tan ingenuo, el cuadro que le dio a Silvia no era el de Rembrandt, sino un cuadro de Picasso.
Miriam empezaba a desesperarse, desde que había dejado a Diego, Sara y Mario a salvo no conseguía dar con el Gris, y no quería presentarse ante Mikael diciendo que un demonio había sido quien le había matado. Entró en una habitación, podía oír al demonio en la habitación de al lado, quería tirar la pared abajo, pero entonces ésta estalló en pedazos. Silvia se había enfurecido al descubrir el cuadro falso y había lanzado al Gris contra la pared.
Silvia estaba tan centrada en el Gris que no había reparado en la presencia de Miriam, lo que ella aprovechó para atacar con su martillo. El martillo dio a Silvia en la zarpa, desviando el zarpazo que iba a dar al Gris, pero ella inició un nuevo zarpazo, Miriam salvó esta vez al Gris interponiendo su propio cuerpo ante él y Silvia, con lo que Silvia la alcanzó en la espalda. Aún herida, Miriam recuperó el martillo y golpeó a Silvia en la mano, se la destrozó contra la pared.
Alex había presenciado toda la pelea desde las sombras, escondido, su única misión era salvar al Gris de su muerte a manos de los ángeles, así que era el momento de actuar. El muñón donde antes había estado la mano de Silvia sangraba fuertemente, su sangre era un líquido denso, de color marrón oscuro y humeante, y con un olor muy desagradable. Silvia bañó la mitad de la cara de Miriam con su sangre, ésta actuó como un ácido, derritiendo su rostro y quemando su pelo. Miriam era fuerte, podía soportar aquel dolor y descargó su martillo de nuevo contra el pecho de Silvia. Silvia seguía viva y se acercó para rematarla, pero falló el golpe, un ladrillo, lanzado por Alex, había desviado su trayectoria.
Entonces Silvia se vengó, primero le destrozó la muñeca, después introdujo su zarpa en su vientre. Miriam pudo notar como la zarpa de Silvia se movía en su interior y destrozaba sus órganos internos. Entonces el suelo se vino abajo, Miriam pudo agarrarse a un mueble y evitar la caída. Sara, Diego y Plata llegaron a la habitación donde Gris y Miriam estaban, Alex había huido. Miriam pidió a Diego que la curara, pero este se negó, no quería curar a alguien que servía a quienes le habían impuesto su maldición, además del dolor que le supondría curarla. Gris volvió en sí y les dijo que se marcharan, entonces el cuerpo de la centinela se movió y se estrelló contra la pared, partiéndosele el cuello y Silvia salió del agujero. Cogió el cuerpo de Miriam, le arrancó la cabeza y la tiró al agujero, después giró el cuerpo manchando todo de sangre y arrojo también su cuerpo.
Silvia se abalanzó sobre el Gris dando zarpazos, él se movió para esquivarlos, y ella quedó paralizada. En el suelo, Gris había dibujado una runa con su propia sangre que paralizaba al demonio, al haber manchado de sangre el suelo, Silvia no había reparado en la runa y había caído en la trampa. Era el fin de Silvia, Gris le cortó el cuello. El trabajo estaba finalizado, pero aún tenia que hacer algo, se tiró al agujero para recuperar la cabeza de Miriam.
Gris había prometido a Miriam ir voluntariamente al cónclave, y así lo hizo. Primero fue interrogado sobre la muerte de Miriam, aunque muy levemente. Tras esto llegó la hora de saber que había pasado con Samael. En el cónclave participaban todos los ángeles, Mikael, a quién no le gustaba demasiado el Gris, Gad, él era el moderador del cónclave, Mihr, este parece estar muy excitado y no da una sola oportunidad al Gris, Duma, quien no quiere hacer nada sin estar cien por cien seguro, y dos ángeles más cuyos nombres no aparecen.
Gris reconoció haber matado a Samael con la propia espada de éste. El motivo por el que lo hizo, traición hacia los ángeles, acusó a Samael de haber entregado el secreto de sus espadas, de como crearlas y usarlas. Dijo no saber porque Samael había entregado el secreto, pero sí a quién, entonces Mihr se abalanzó sobre él y le tiró al vacío. El resto de ángeles redujeron a Mirh, y trataron de hacerle hablar, aunque no lo consiguieron. Se oyó una voz diciendo "no lo hará", era el Gris, flotaba gracias a las alas de Samael. Ahora todos entendían porque había descuartizado su cuerpo, para ocultar que se había quedado con sus alas e impedir así su muerte.
Todo era una mentira, Samael no era un traidor, pero no sabía quién lo había hecho y tramó ese plan para descubrirlo. Gris creía que Samael había descubierto al traidor y le habían matado por ello, cuando Gris le encontró estaba gravemente herido, así que le remató y descuartizó su cuerpo para conseguir así que el cónclave se reuniera y descubrir al culpable, pues al no saber quién era el traidore no podía confiar en ninguno de los ángeles. Mirh es el traidor, pero no fue él quien mató a Samael, sino aquel que recibió el secreto sobre sus espadas.
Tras concluir el cónclave, Mikael pide a sus hermanos hablar a solas con el Gris, quería saber más sobre la muerte de Miriam, a quien procesaba un gran afecto. Mikael pidió a Gris que recuperara el martillo de Miriam, fue más una obligación que una petición, a lo que él se negó, puede que lo buscara, pero si lo encontraba no se lo entregaría, era algo que Mikael quería y entonces tendrían que negociar. Gris seguía teniendo las alas de Samael, que no eran suyas, así que Mikael se las arrebató.
Alex, Sara y Diego habían permanecido esperando al Gris entre las tumbas del cementerio de la Almudena. Sara no comprendía muchas cosas de Alex, con lo que decidió enfrentarse a él, eran sus valores, su moral, su ingenuidad lo que molestaba tanto a Alex, les ponía en peligro. Otra de las cosas que Sara descubrió era porque Alex acompañaba al Gris, Gris recuperaría su alma y después le mataría. Después había estado hablando con Diego, quien había envejecido un año por curarla a ella.
Cuando Gris volvió del cónclave presentaba dos heridas en la espalda, donde antes habían estado las alas de Samael, Diego volvió a curarle. Gris contó a Sara porque la quería en su equipo, era para no olvidar, con su alma había perdido también sus emociones (se olvidaba de dar las gracias, no se altera si le insultan o le desprecian...), ella era un ejemplo de buena persona, y la necesitaba junto a él para no olvidar que era ser un ser humano decente y con valores. Una última cosa inquietaba a Sara, por qué dejó escapar a Mario y a Elena. A Mario, porque recibiría su merecido, su mujer volvía a estar embarazada y no de él. A Elena, porque quería que lo llevará hasta el demonio que había comenzado todo eso.
Bueno, por fín he acabado!!! Ya me despido, espero que os guste y valoro mucho vuestros comentarios. También me gustaría que me recomendarais libros, los que yo suba será porque os los estoy recomendado.
El equipo (Gris, Sara, Alex y Diego) ya reunido acude a casa de Mario Tancredo, donde el Gris, en especial, no es bien recibido. La esposa de Mario no deja de llamarle monstruo, pero a él parecen no importarle sus insultos. Mario pide que una centinela este presente cuando sellen el trato y permite al Gris ir a ver a su hija. Mientras tanto Miriam y Plata aparecen en la puerta del chalet de Mario para unirse al grupo.
Miriam tiene la misión de entregar al Gris ante el cónclave, ya sea vivo o muerto en caso de que se resista. El Gris debe estar ante el cónclave para ser juzgado por la muerte de Samael, uno de los ángeles, pues se le acusa de ser su asesino.
Elena acompaña al Gris a ver a Silvia. Él quería hablar con ella, saber si lo conocía, pero el demonio no se había medido antes con él. En el suelo había grabadas unas runas que retenían al demonio, eran débiles con lo que decidió cambiarlas por otras más poderosas, para ello saca de su gabardina entre otras cosas un puñal. Elena teme por su hija y se lanza contra el Gris, a su vez Silvia arremete contra la contención mágica, la rompe y se lanza a por el Gris, desarmándole e hiriéndole gravemente.
El puñal atraviesa la pared de la sala donde el resto se encontraban y se sienten varios golpes sobre la pared, lo que hace que todos los presentes salgan corriendo hacia la sala contigua. Cuando entraron el Gris estaba tirado en el suelo, herido. Alex fue el primero en llegar para ayudarle, esto extraña a Miriam, pues se encontraba detrás de él.
Mientras el Gris se recuperaba, el resto vigilan a Silvia, que ha sido encerrada con otra contención mágica y además esta atada a la pared mediante cadenas y una especie de esposas de plata. Cuando Silvia despierta, pues se había quedado dormida, comienza a preguntar a su padre por qué está encadenada y quién es toda esa gente. Esta vez habla con su voz, una voz de niña de 8 años, no de demonio. Esto hace que consideren la opción de que el demonio haya salido del cuerpo de Silvia.
Miriam sigue empeñada en entregar al Gris, ni Alex ni Mario han conseguido convencerla, pero el Gris si. El Gris le pide tiempo para librar a Silvia del demonio, los cuatro días que restan para el cónclave, llegado el día del cónclave él se presentará ante los ángeles sin oposición alguna. Ante este ofrecimiento ella acepta, pero le tendrá muy vigilado.
Está amaneciendo, con lo que el Gris debe marcharse y Miriam le acompaña. Primero reclama el alma de un hombre, un artificiero al que libró de una licantropía dos años atrás, después se encaminaron a la iglesia de San Nicolás. Ante el Padre Jorge, uno de los pocos santos reales, el Gris se confiesa. Esta es una de las formas que tiene el Gris de recuperarse cuando está herido, pero necesita obligatoriamente un alma, de ahí la esencia de sus tratos. En el chalet el resto se turnan para vigilar a la niña, Diego trata de interrogar a Mario y Elena, y Sara debe rastrear la casa buscando el por qué de la posesión de Silvia.
Mientras el Gris y Miriam esperan a que se ponga el sol, ella se le insinúa. Siente por el Gris una atracción que nunca había sentido antes, pues desde que fue violada con 12 años solo siente asco por los hombres. Los centinelas están obligados a ser vírgenes, pues el que su alma sea pura impide a los demonios entrar en sus cuerpos. El Gris no supone un impedimento ante esto, pues sus almas no se unirán ya que él no tiene. El Gris rechaza la oferta de Miriam.
Al volver al chalet, Mario y el Gris sellan el trato. El Gris salvará a Silvia y a cambio Mario prestará su alma al Gris cuando este la requiera durante un corto tiempo. Hecho esto, se disponen a realizar el exorcismo. Este consiste en introducir al demonio en una bañera con agua, el agua se congelará y al sentirse incomodo saldrá del cuerpo de Silvia. Al congelarse el agua el demonio no sale del cuerpo de Silvia y ella se congela e incluso parece estar muerta, el Gris la saca del hielo y le clava un puñal en el corazón. Silvia despierta y comienza a gritar y a arremeter contra la protección mágica, su voz ya no es la de una niña, es peor que la de la primera vez.
El exorcismo ha salido mal, pero nadie sabe decir por qué y la idea de dejar el trabajo a medias no es aceptable, pues existe un segundo motivo detrás del exorcismo, y es encontrar una página de la Biblia de los Caídos que hay escondida en la casa. Gracias a Sara descubren que Mario hizo un pacto con un demonio para conseguir su imperio empresarial. El trato normal para esto es vender tu alma, pero el alma de Mario sigue intacta, con lo que ese no fue el pacto.
Gris pide a Sara que acompañe a Plata a ver al demonio, quiere saber cual es su reacción, pues su reacción puede decirles mucho sobre la naturaleza del demonio que ha poseído a Silvia. Plata se asombró cuando la niña supo quién era él, por lo visto había oído hablar de él y por su gusto por los dragones. Sara le comenta que el demonio quiere que abandone su cuerpo y entre en el que él ocupa, el responde que ese cuerpo es muy pequeño y que estaría muy apretado y de repente se le pone mala cara y se marea.
Siguen sin saber como expulsar al demonio del cuerpo de Silvia, con lo que el Gris plantea un nuevo plan de ataque, un plan que muy probablemente acabe con la muerte de Silvia. Sara no puede aceptar que la niña muera y se ofrece como cebo, el demonio no puede poseer el alma del Gris, pues no tiene, pero si que podría poseer el alma de Sara, así cuando torturaran a la niña el demonio saldría de su cuerpo y poseería el de Sara.
Sara es simplemente un cebo, Gris nunca dejaría que el demonio poseyera su cuerpo, en el caso de que algo saliera mal él sacrificaría a la niña. Miriam se opone firmemente a que Sara haga de cebo, así que aprovechando una torpeza de Plata, Gris la encierra en el sótano para que no impida el exorcismo.
Comienzan el exorcismo, la niña en la bañera, como la vez anterior, y Sara siempre detrás del Gris. El agua comienza a congelarse y Silvia no para de intentar liberarse, cuando el agua se congela por completo Silvia se queda quieta, con los brazos por fuera de la bañera. Tras unos instantes Gris se acerca a ella, entonces Silvia se enderezó y empezó a reirse, el nuevo plan del Gris tampoco había funcionado.
Como distracción Silvia dice al Gris que tenía un hermanito, esto es muy importante, pues los demonios si se sienten a gusto en un cuerpo saltan al de sus hermanos cuando el primero muere, fortaleciéndose mucho. Entonces Silvia consigue romper el hielo y lanzarse hacia el Gris en un nuevo ataque, consigue asestarle varios zarpazos, hiriéndolo, pero él consigue salvar a Sara y escapar de Silvia pasando las runas de contención.
Al salir de allí, Diego cura al Gris. Tras terminar se siente temeroso de haber envejecido, pero sigue igual que antes, no hay cambio alguno en él. Algunos quieren salir de allí, pero el Gris insiste en que la página está en la casa, y debe encontrarla. Diego le dice que el vampiro que le dio el soplo debió mentirle pues él ha recorrido toda la casa y no ha encontrado nada. Entonces Sara recuerda que Plata le había comentado algo sobre vampiros y también le había hablado de un cuadro de Rembrandt, Plata le había contado que este pintor había aprendido pintando a vampiros. Que Plata se fijara en ese cuadro hace pensar al Gris que la página de la Biblia de los Caídos está él.
Salieron de la sala de juegos en la que se encontraban, Diego y Sara para buscar a Mario y preguntarle por su otro hijo y Miriam y Gris para buscar el cuadro. Silvia había escapado de la contención mágica, pero no sabían en que parte de la casa podría estar y si corrían peligro de encontrarse con ella. En una de las habitaciones en las que Diego y Sara entraron encontraron a Plata, estaba dormido plácidamente, sin haberse dado cuenta de nada, él salió hacia la cocina, tenía hambre y entonces algo entró rodando por la puerta, era la cabeza del abogado de Mario.
Silvia había entrado en la habitación sin que la vieran, cuando se percataron echaron a correr, consiguieron escapar y se escondieron en otra habitación, en ella estaba escondido Mario. Mario admitió haber tenido otro hijo, pero este murió con 6 meses, por lo que la opción de que hubiera sido poseído por el demonio ya no servía, no habría alcanzado tal nivel de fuerza en tan poco tiempo.
Gris encontró el cuadro en un pasillo y lo guardó en el interior de su gabardina, igual que ocurre con el resto de objetos que guarda en ella, este tampoco dejó marca alguna en la gabardina a pesar de su tamaño. En un baño encontraron un cuerpo, sin cabeza, totalmente destrozado, era el del abogado. De repente oyeron una voz, igual a la del Gris, diciendo haber matado al demonio...
La voz se oyó tras la puerta de la habitación donde Diego, Sara y Mario se encontraban, esta voz hizo que Diego abriera la puerta, pero no eran el Gris y Miriam quienes estaban al otro lado de la puerta, sino Silvia. Ella hirió a Diego en la pierna, pero fue golpeada por el Gris cuando trataba de arrastrar a Diego hacia fuera. Mientras Gris luchaba contra Silvia, el resto escaparon hacia otra habitación.
Durante la lucha, Silvia confirma al Gris que también busca la página de la Biblia de los Caídos. Mientras hablan Gris consigue colocar a Silvia frente a un espejo, descubriendo su verdadera naturaleza y consiguiendo entender porque el exorcismo ha fracasado, pero Silvia también ha conseguido colocar al Gris donde quería, justo en mitad de una runa que hace que el suelo se abra y el Gris se precipite al piso de abajo.
Sara trataba de ayudar a Diego, haciéndole un buen vendaje, aunque a éste le costaba dejarse. Desde el exterior de la habitación oyeron una voz pidiendo ayuda, era Elena, andaba con dificultad, arrastrando la pierna derecha y estaba manchada de sangre. Sara se compadeció de ella y decidió ayudarla aunque Diego se oponía, pero Elena no era la que estaba en peligro, sino ella. Elena la retuvo poniéndole un cuchillo en el cuello. A la vez, Silvia cayó al suelo justo delante de la puerta y cogió a Sara, ahora el Gris si que tendría que entregarle la página.
Silvia obligó al Gris a contarle la verdad a Mario: Silvia no era su hija, era un híbrido, mitad humana, mitad demonio. Mario había vendido el alma de su hijo recién nacido a los demonios para obtener su imperio empresarial, y Elena al saberlo había mantenido relaciones con un demonio para poder vengarse de su marido por la pérdida de su hijo, para que el supiera que significaba perder a un hijo.
Silvia comenzó a torturar a Sara, intentando de esta manera motivar al Gris para que le entregara la página. Le fracturó el brazo a la altura del codo, lo que hizo que el Gris sucumbiera y le entregara el cuadro. Silvia dejo escapar a Sara, que huyó con Diego, quien posteriormente la curó. Su motivación, iban a morir, por qué no. Pero el Gris no era tan ingenuo, el cuadro que le dio a Silvia no era el de Rembrandt, sino un cuadro de Picasso.
Miriam empezaba a desesperarse, desde que había dejado a Diego, Sara y Mario a salvo no conseguía dar con el Gris, y no quería presentarse ante Mikael diciendo que un demonio había sido quien le había matado. Entró en una habitación, podía oír al demonio en la habitación de al lado, quería tirar la pared abajo, pero entonces ésta estalló en pedazos. Silvia se había enfurecido al descubrir el cuadro falso y había lanzado al Gris contra la pared.
Silvia estaba tan centrada en el Gris que no había reparado en la presencia de Miriam, lo que ella aprovechó para atacar con su martillo. El martillo dio a Silvia en la zarpa, desviando el zarpazo que iba a dar al Gris, pero ella inició un nuevo zarpazo, Miriam salvó esta vez al Gris interponiendo su propio cuerpo ante él y Silvia, con lo que Silvia la alcanzó en la espalda. Aún herida, Miriam recuperó el martillo y golpeó a Silvia en la mano, se la destrozó contra la pared.
Alex había presenciado toda la pelea desde las sombras, escondido, su única misión era salvar al Gris de su muerte a manos de los ángeles, así que era el momento de actuar. El muñón donde antes había estado la mano de Silvia sangraba fuertemente, su sangre era un líquido denso, de color marrón oscuro y humeante, y con un olor muy desagradable. Silvia bañó la mitad de la cara de Miriam con su sangre, ésta actuó como un ácido, derritiendo su rostro y quemando su pelo. Miriam era fuerte, podía soportar aquel dolor y descargó su martillo de nuevo contra el pecho de Silvia. Silvia seguía viva y se acercó para rematarla, pero falló el golpe, un ladrillo, lanzado por Alex, había desviado su trayectoria.
Entonces Silvia se vengó, primero le destrozó la muñeca, después introdujo su zarpa en su vientre. Miriam pudo notar como la zarpa de Silvia se movía en su interior y destrozaba sus órganos internos. Entonces el suelo se vino abajo, Miriam pudo agarrarse a un mueble y evitar la caída. Sara, Diego y Plata llegaron a la habitación donde Gris y Miriam estaban, Alex había huido. Miriam pidió a Diego que la curara, pero este se negó, no quería curar a alguien que servía a quienes le habían impuesto su maldición, además del dolor que le supondría curarla. Gris volvió en sí y les dijo que se marcharan, entonces el cuerpo de la centinela se movió y se estrelló contra la pared, partiéndosele el cuello y Silvia salió del agujero. Cogió el cuerpo de Miriam, le arrancó la cabeza y la tiró al agujero, después giró el cuerpo manchando todo de sangre y arrojo también su cuerpo.
Silvia se abalanzó sobre el Gris dando zarpazos, él se movió para esquivarlos, y ella quedó paralizada. En el suelo, Gris había dibujado una runa con su propia sangre que paralizaba al demonio, al haber manchado de sangre el suelo, Silvia no había reparado en la runa y había caído en la trampa. Era el fin de Silvia, Gris le cortó el cuello. El trabajo estaba finalizado, pero aún tenia que hacer algo, se tiró al agujero para recuperar la cabeza de Miriam.
Gris había prometido a Miriam ir voluntariamente al cónclave, y así lo hizo. Primero fue interrogado sobre la muerte de Miriam, aunque muy levemente. Tras esto llegó la hora de saber que había pasado con Samael. En el cónclave participaban todos los ángeles, Mikael, a quién no le gustaba demasiado el Gris, Gad, él era el moderador del cónclave, Mihr, este parece estar muy excitado y no da una sola oportunidad al Gris, Duma, quien no quiere hacer nada sin estar cien por cien seguro, y dos ángeles más cuyos nombres no aparecen.
Gris reconoció haber matado a Samael con la propia espada de éste. El motivo por el que lo hizo, traición hacia los ángeles, acusó a Samael de haber entregado el secreto de sus espadas, de como crearlas y usarlas. Dijo no saber porque Samael había entregado el secreto, pero sí a quién, entonces Mihr se abalanzó sobre él y le tiró al vacío. El resto de ángeles redujeron a Mirh, y trataron de hacerle hablar, aunque no lo consiguieron. Se oyó una voz diciendo "no lo hará", era el Gris, flotaba gracias a las alas de Samael. Ahora todos entendían porque había descuartizado su cuerpo, para ocultar que se había quedado con sus alas e impedir así su muerte.
Todo era una mentira, Samael no era un traidor, pero no sabía quién lo había hecho y tramó ese plan para descubrirlo. Gris creía que Samael había descubierto al traidor y le habían matado por ello, cuando Gris le encontró estaba gravemente herido, así que le remató y descuartizó su cuerpo para conseguir así que el cónclave se reuniera y descubrir al culpable, pues al no saber quién era el traidore no podía confiar en ninguno de los ángeles. Mirh es el traidor, pero no fue él quien mató a Samael, sino aquel que recibió el secreto sobre sus espadas.
Tras concluir el cónclave, Mikael pide a sus hermanos hablar a solas con el Gris, quería saber más sobre la muerte de Miriam, a quien procesaba un gran afecto. Mikael pidió a Gris que recuperara el martillo de Miriam, fue más una obligación que una petición, a lo que él se negó, puede que lo buscara, pero si lo encontraba no se lo entregaría, era algo que Mikael quería y entonces tendrían que negociar. Gris seguía teniendo las alas de Samael, que no eran suyas, así que Mikael se las arrebató.
Alex, Sara y Diego habían permanecido esperando al Gris entre las tumbas del cementerio de la Almudena. Sara no comprendía muchas cosas de Alex, con lo que decidió enfrentarse a él, eran sus valores, su moral, su ingenuidad lo que molestaba tanto a Alex, les ponía en peligro. Otra de las cosas que Sara descubrió era porque Alex acompañaba al Gris, Gris recuperaría su alma y después le mataría. Después había estado hablando con Diego, quien había envejecido un año por curarla a ella.
Cuando Gris volvió del cónclave presentaba dos heridas en la espalda, donde antes habían estado las alas de Samael, Diego volvió a curarle. Gris contó a Sara porque la quería en su equipo, era para no olvidar, con su alma había perdido también sus emociones (se olvidaba de dar las gracias, no se altera si le insultan o le desprecian...), ella era un ejemplo de buena persona, y la necesitaba junto a él para no olvidar que era ser un ser humano decente y con valores. Una última cosa inquietaba a Sara, por qué dejó escapar a Mario y a Elena. A Mario, porque recibiría su merecido, su mujer volvía a estar embarazada y no de él. A Elena, porque quería que lo llevará hasta el demonio que había comenzado todo eso.
Bueno, por fín he acabado!!! Ya me despido, espero que os guste y valoro mucho vuestros comentarios. También me gustaría que me recomendarais libros, los que yo suba será porque os los estoy recomendado.
Excelente resumen lo necesitaba para reabordar las historias posteriores, mil gracias.
ResponderEliminarMe podrías responde porque los angeles maldigeron a diego
ResponderEliminarGracias por el resumen, ya había olvidado lo de la muerte de samael
ResponderEliminarGracias por tu resumen me sirvió muchísimo para acordarme de todo y leer el tomo final.
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