16 sept 2017

El Guardián Invisible

El guardián invisible -
Dolores Redondo




A pesar de la fama que este libro adquirió hace unos meses, más concretamente en marzo, cuando pasó a formar parte del mundo cinematográfico, yo ni he leído el libro ni he visto la película.

La verdad es que me había quedado con las ganas de verla, así que aprovechando que una de las premisas del Anualthon 2017, la número 9, era un libro con película, he optado por sacarme esa espinita. Quizás debería haber elegido la película en lugar del libro, pero soy de las que piensan que los libros les dan 1000 vueltas a las películas, así que libro y, proximamente, película (cuando tenga tiempo)...

Para ser sincera me tire medio libro pensando que era super predecible, y culpando de los asesinatos a alguien que nada tuvo que ver, para luego darme de bruces, en las últimas páginas, con un culpable inesperado. Que se le va a hacer, Dolores Redondo me engaño como a todos.
La verdad es que el libro no ha estado mal, pero no se porque me esperaba más de la ganadora del Premio Planeta del 2016. Quizás un final diferente, quizás demasiado peso sobre la mitología... no sabría decirlo, pero si que debo admitir que me ha decepcionado un poco.


Bueno, pues como siempre hago, os presentaré a los personajes y después os comentaré un poco la historia.




Personajes

Amaia Salazar: La protagonista indudable de nuestro relato. Una inspectora de policía que decidió huir del mundo que la rodeaba para convertirse en aquello que quería ser, y no en lo que su condición familiar le exigía. Es una chica brillante, afectada por un fantasma del pasado que aún a día de hoy se empeña en perseguirla.

James Westford: El esposo de Amaia. Un americano que se enamoró de Pamplona gracias a su gente y sobre todo a los San Fermines. Escultor de profesión, es un hombre comprensivo que comparte el mismo anhelo que su esposa.

Flora Salazar: La mayor de las hermanas Salazar. Directora de Mantecadas Salazar, solo sabe soltar toda la maldad que acumula en su interior contra aquellos que la rodean y que parecen tener la culpa de todo con lo que ella ha tenido que cargar.

Victor Oyarzábal: El esposo de Flora, aunque están separados, pero no divorciados. Fue alcohólico durante muchos años y este fue el motivo por el que su matrimonio se rompió. Ya no bebe y se dedica a restaurar motos antiguas y a intentar reconquistar a Flora.

Rosaura Salazar: La mediana de las hermanas Salazar. Una buena chica subyugada bajo el brazo de una hermana dominante y mezquina y un esposo vago e irresponsable. Ha tenido el valor suficiente para romper con todo y liberarse de ese peso.

Alfredo Belarrain: El esposo de Rosaura. Un desastre de persona. El típico tío que ha sobrevivido aprovechándose de otros y que no es bueno para nada.

Engrasi: La tía de las hermanas Salazar. Para Amaia siempre ha supuesto una escapada a su mayor miedo. Es un encanto de mujer, echadora de cartas además, que siempre tiene una sonrisa en sus labios y buenas palabras para sus sobrinas.




Historia

La primera víctima en aparecer fue Ainhoa Elisazu. Tenía 12 años y había salido con unas amigas, había perdido el bus que la llevaría a casa y no fue hasta unas horas después, que sus padres se empezaron a preocupar, que denunciaron su desaparición. Su cuerpo apareció junto a la orilla del río, su ropa había sido cortada, su vello púbico había sido rasurado, sus zapatos colocados junto a la carretera indicando el lugar donde se encontraba su cuerpo, y sobre su cuello un cordel sin anudar con el que había sido estrangulada. Pero lo más inquietante era un dulce, un pastelillo realizado en la zona, que había sido colocado sobre el pubis de la chica.

En realidad Ainhoa no había sido la primera victima, sino la segunda, de un asesino en serie que se movía en Elizondo, el pueblo en el que Amaia Salazar había nacido y crecido. Esto, y su buena destreza como investigadora, le valió para ser puesta al cargo de la investigación de dos muertes, la de Ainhoa Elisazu y la de Carla Huarte

Carla había desaparecido en Noche Vieja, y su cadáver fue encontrado el día 5 de enero, hacía cosa de un mes, junto a la orilla del río. Sus ropas habían sido rasgadas de igual manera y, al igual que ocurrió con Ainhoa, un cordel había sido el objeto con el que la habían asfixiado. Los zapatos no habían sido encontrados y no se podía determinar si habían rasurado o no su pubis, pues había sido arrancado a mordiscos por animales del bosque, atraídos sin duda por el olor dulzón el pastelillo, del txatxingorri.

Ni las conversaciones con los familiares de las chicas, ni con sus amigos, ni las pruebas les llevaron a ninguna parte. El asesino era concienzudo y su tercera víctima apareció solo tres días después de que encontraran a Ainhoa, se llamaba Anne Arbizu y era una chica un tanto especial. Tras hablar con sus amigas supieron que Anne llevaba una doble vida, ante sus padres se mostraba como una buena chica, estudiosa y que no se interesaba por los chicos, pero sus amigas la describían como una chica a la que le gustaba mostrar sus encantos y pavonearse ante los hombres. Algo que sus amigas contaron a Amaia y al resto de policías era que Anne mantenía una relación con un hombre casado, del que se había cansado y al que acababa de dejar.

Durante su autopsia descubrieron algo de lo que no se habían percatado en las otras chicas, Anne tenía restos de gloss en la cara, gloss que el asesino había tratado de eliminar y que no había conseguido borrar por completo. Descubrieron que todas las chicas se maquillaban y que el asesino eliminaba el maquillaje para, junto a toda la parafernalia que ponía en práctica, devolver a estas chicas a un mundo de pureza del que no deberían haber salido.

A la vez que todo esto ocurría, en la vida familiar de Amaia tenía lugar una tormenta. La vuelta a Elizondo había desenterrado pesadillas que la hacían temer por su vida, revivir una experiencia traumática que tras muchos años había decidido volver a la superficie. Por otra parte las relaciones con Flora no eran fáciles, estaba siempre a la gresca, tanto con ella como con Rosaura. Flora siempre se encargaba de buscar aquellas palabras que pudieran herir de muerte a su interlocutor, y aunque con ella no lo conseguía, con Rosaura si. También estaba Rosaura, que había decidido romper su matrimonio, razón por la que vivía en casa de tía Engrasi, donde Amaia y James se quedarían el tiempo que durara la investigación. Y para empeorarlo todo, aunque lo intentaban y deseaban, Amaia no lograba dar a James aquello que tanto deseaban, un hijo, y también se negaba a recurrir a clínicas de fertilidad, eso no le parecía natural.

El matrimonio de Rosaura se había roto por, entre otras causas, la infidelidad de Freddy (Alfredo). Rosaura lo sabía, el muy idiota se acicalaba como no lo había hecho en su vida para quedar con esa otra chica. Ella sabía que le era infiel, lo que no sabía era con quien, pero lo supo cuando encontraron a Freddy colgado en el hueco de la escalera, no había muerto, pero estaba muy grave y quedaría paralítico. En su mano habían encontrado un papel en el que decía "nunca te olvidaré Anne".

Freddy era el hombre casado con el que andaba Anne, pero él no era el asesino, la quería y tenía coartada. Rosaura también tenía coartada, ella tampoco había sido. Estaban estancados y la aparición de una nueva chica muerta no ayudó. Ese caso era diferente, la chica había sido violada y a su alrededor habían colocado flores y ambientadores, además le faltaba un brazo. Era obvio que era un imitador, alguien que trataba de cargar su crimen al basajaun, como la prensa había llamado a este asesino.

El basajaun era un ser de la mitología navarra, una especie de big foot, un homínido de casi tres metros cubierto completamente de pelo que vivía en el bosque. Se decía que su función era la de proteger el equilibrio del bosque, velando porque nada malo ocurriera. A Amaia no le gustaba ese nombre, no veía como un ser protector podía asesinar a diversas chicas, por no decir que no creía en mitología. Tampoco creía en Mari, una diosa a cuya cueva las mujeres peregrinaban para pedir que las bendeciera con un hijo.

Estaban atascados, las pruebas no les llevaban a ningún lado, aunque poco a poco parecían aparecer nuevos indicios, parecía vislumbrarse luz en las tinieblas. Aquí entran los seres de los que os acabo de hablar. Amaia decide escapar al bosque donde encuentra algo que la trastoca, la sobresalta, pero en lugar de aterrorizarla, esa criatura consigue calmarla y devolverla al buen camino. También, un poco a regañadientes, va a la cueva de Mari con James y Rosaura. Sube sola hasta la cueva, donde encuentra a una mujer, Maya, que le dice que ha visto movimiento en una cueva algo más lejos. Maya es uno de los nombre que Mari usa, según se dice.

A su vez, antes de ver la luz, Amaia acaba enfrentándose a su mayor miedo, pues esto era lo que le estaba impidiendo avanzar. Por las noches, Amaia tenía sueños en los que alguien la visitaba, recurriendo medio en sueños incluso a empuñar su arma. Ese alguien era su madre. Rosario tenía una especie de trastorno que se cebaba en su hija, empeñándose en herirla, hasta el punto de querer matarla, cosa que intentó cuando Amaia tenía ocho años. La golpeó varias veces con un rodillo de metal de amasar las pastas y después la enterró en la artesa de harina del obrador. Avisó a su marido, pensando que Amaia estaba muerta, y eso fue lo que le salvó la vida. Desde ese momento se fue a vivir a casa de tía Engrasi, y cada vez que visitaba la casa o a su madre un miedo la recorría por entero. Aún hoy, con su madre encerrada en un sanatorio mental, sentía que estaba en peligro, que quería matarla.

Liberada de este peso, los resultados comenzaron a llegar. Resulta que la harina con la que se había elaborado el txatxingorri era la misma que se empleaba en Mantecadas Salazar, el obrador de su hermana Flora, y que los empleados se llevaban la que necesitaban a casa. Resulta que en uno de los cordeles se había encontrado piel de cabra adherida, y que la sustancia oleosa que había en esa piel era una mezcla de óxido con trazas de hidrocarburos y vinagre de vino.

Aún no os he hablado de Víctor ¿verdad? Víctor era el marido de Flora. Su adicción al alcohol le había costado su matrimonio, pero aunque vivían separados, ella se había empeñado en no firmar papel alguno de divorcio, por lo que seguían casados. Víctor llevaba ya un tiempo limpio, sin beber, y aunque le pone un gran empeño, aún no ha conseguido recuperar a Flora, aunque ella dice seguir queriéndole. En los últimos años se ha dedicado al mundo de las motos, más concretamente a restaurarlas. Amaia le tiene muchísimo cariño, y su afición por las motos le fascina, igual que a James.

Ahora las piezas si concordaban, la piel de cabra era el material con el que los guantes de montar de Víctor estaban hechos. Para limpiar de óxido los depósitos de chapa de las motos antiguas se empleaba vinagre o bicarbonato. Y además, Víctor tenía acceso a la harina que se empleaba en Mantecadas Salazar, pues iba continuamente a visitar a Flora y había tenido acceso a ella. Era él, era Víctor. Además, tenía en su poder una antigua furgoneta de Flora que usaba para transportar las motos.

Víctor había crecido bajo el yugo de una madre sobreprotectora que siempre le había tenido muy controlado. Después se había casado con Flora Salazar, más controladora aún que su madre. Había empezado a matar antes de casarse con Flora, la primera había sido Teresa Klas, y tras ella habían venido otras tantas chicas cuyos asesinatos no habían sido resueltos. Había empezado a beber para intentar mitigar sus deseos homicidas, aunque esos deseos le habían llevado a convertirse en un alcohólico, motivo que le había llevado a perder a Flora. Hacía 2 años que había dejado de beber, ahora el alcohol ya no evitaba que esos deseos volvieran a florecer, había vuelto a matar, había acabado con la vida de tres chicas que a sus ojos eran impuras.

Fue Flora quien enfrentó a su marido, quizás pensaba que se abalanzaría sobre ella, pero no, Víctor lo reconoció todo, de forma muy sumisa reconoció haber asesinado a todas las chicas, chicas que habían cruzado los límites de la pureza. Flora fue tajante, un disparo y todo había acabado, aunque la versión que dio a la policía fue otra. Fue en defensa propia, eso dijo, y todos la creyeron, acabó convirtiéndose en la heroína de Elizondo.




Como os dije, me pareció un final soso, pero que se le va a hacer, no todos los libros nos van a gustar de igual manera ¿No? Al menos acaba con final feliz para Amaia, que se acaba quedando embarazada, no se si decir que gracias a la diosa Mari, pero a mí, que soy de ciencias, esa opción como que no me termina de cuadrar...


Bueno, no me queda más que despedirme diciéndoos que nos vemos en el siguiente post!! Un saludo y muchos besos!!





2 comentarios:

  1. Oleeeee muchas gracias, ahora mismito me lo he acabado. Pienso lo mismo que tú, el final soso pero bueno. Yo la verdad me estoy iniciando ahora en la lectura. Te mando un abrazo muack

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  2. Y los zapatos que guardaba flora en la caja fuerte? Eso luego no se aclara en el libro.

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